El combate naval de Jambelí desarrollado el 25 de julio de 1941, entre un buque de la Armada Ecuatoriana y uno de la Marina de Guerra del Perú, fue denominado como la «Victoria de Jambelí».
Este evento también fue escogido como referencia histórica para instaurarla como el «DIA DE LA MARINA DE GUERRA DEL ECUADOR» o Día de la Armada de Ecuador.
Cada 25 de julio, se conmemora el Combate Naval de Jambelí, que tuvo lugar en el contexto del conflicto de 1941 entre Ecuador y Perú.
La historia del 25 de julio de 1941
El 24 de julio de 1941, Guayaquil vivía emotivos momentos de patriotismo.
Las notas de los himnos marciales invadían la ciudad y las radioemisoras, sin aplicar en absoluto ninguna norma de seguridad, arengaban a los esforzados habitantes de Guayaquil que integrando un contingente de 500 Guardias Nacionales que marchaban a la frontera.
La cantidad de detalles que se divulgaban, relevaba al Perú de la necesidad de conseguir información con sus propios medios, pues, el sintonizar una emisora de Guayaquil les permitía conocer con lujo de detalles todo lo que se hacía en el ingenuo Ecuador, pues no existía ningún tipo de censura de prensa, vital en estos casos de conflictos bélicos.
En un ambiente intranquilo pero de mucho patriotismo, la Superioridad Naval dispuso que el cañonero «Calderón» escolte un convoy de embarcaciones de cabotaje hacia Puerto Bolívar, en la ya invadida provincia de El Oro, a un grupo de compatriotas que deseaban defender nuestra heredad territorial, y además trasportar la logística para los combatientes.
Así tenemos que el cañonero «Calderón» zarpó de Guayaquil el 24 de Julio de 1941, desde el muelle fiscal No. 7, con destino a Puerto Bolívar escoltando a tres embarcaciones de tráfico nacional, al Motonave «Olmedo», Motonave «La Pinta», Motonave «Deisy Edith»; y Cañonero «CALDERÓN», como escolta.
En las tres motonaves viajaban repartidos proporcionalmente 500 Guardias Nacionales, armados con fusiles, pero sin munición, pues se suponía que los 600 mil proyectiles que se transportaba, servirían para entregar la dotación a cada uno de los Guardias Nacionales.
Luego de una noche tensa y larga, en las primeras horas del 25, el convoy arriba a Puerto Bolívar y los Guardias Nacionales bajan a tierra y a la vez ayudan a desembarcar las camionetas y la munición, para luego ponerlas en el tren que esperaba en la estación, frente al muelle.
La travesía se realizó sin novedad y la unidad fondeó en Puerto Bolívar el 25 de Julio de 1941. Terminado el desembarco, el convoy emprendió el retorno a Guayaquil.
A las 10:25 horas cuando las motonaves que habían sido convoyados por el «Calderón», terminaron el desembarco, se da la alarma de incursión aérea, por lo cual, para tener campo de maniobra, el Comandante decide levar anclas y zarpar hacia el golfo a través del Canal de Jambelí. El Comandante Rafael Morán Valverde, manifiesta:
«A las 11:15 horas cuando nos encontrábamos navegando con rumbo Norte y a una distancia aproximadamente de 3 millas del faro de Jambelí, el vigía anunció la presencia de un buque a la cuadra del babor y que navegaba con proa hacia el buque de mi mando, como también el humo de varios buques que se presume en el resto de la Escuadra peruana.
En este instante el personal se preparaba para ejercicios de artillería.
El buque avistado visiblemente aumentó su andar, cambiando varias veces de rumbo y con manifiestas intenciones de cortar nuestra proa.
Cuando el buque se acercó más, se le reconoció ser un destroyer de bandera peruana por lo cual ordené caer a estribor cambiando 180º el rumbo.
Simultáneamente del enemigo también cayó a estribor navegando luego con rumbo paralelo al nuestro. A las 11:25 horas se ordena zafarrancho de combate y a las11:30 horas el enemigo rompe los fuegos con un cañón de proa.
Al verse el fogonazo del primer disparo se ordena fuego, repeliendo al primer momento con un nutrido fuego de nuestra artillería. El combate se prolongó hasta las 11:46 horas, instante en el que nos ocultamos del enemigo tras la boca de Jambelí».
A pesar de que la contienda fue absolutamente desigual el «Calderón» no sufrió daño alguno, no así el destructor peruano» Almirante Villar» que recibió un impacto en la popa y varios en la superestructura.
El Comandante del «Calderón», CPFG Rafael Morán Valverde dice en su informe: «es mi obligación hacer conocer la heroicidad con que combatió la tripulación que en todo momento supo cumplir con su deber; como también la deficiencia absoluta del material, pues de las pocas cargas que llevamos, solo respondieron el 30%.
«También hago conocer a Ud., para que a su vez informe a la Superioridad, la eficiente y valerosa cooperación del personal del Grupo Antiaéreo que presta servicios en esta unidad».
El Bae Calderón siguió combatiendo
La labor del «Calderón» no terminó allí, pues una vez que fondeó en Puerto Bolívar a las 13:42 la Unidad rompió fuegos contra dos aviones enemigos que trataban de atacar al buque, los mismos que huyeron después de 15 minutos de nutrido fuego de artillería antiaérea.
En espera de los aviones enemigos la unidad permaneció en continuo movimiento frente a Puerto Bolívar hasta las 16:00 horas en que volvió a fondear.
El día siguiente 26 de julio, la unidad zarpó, obscurecida y en zafarrancho de combate, rumbo a Guayaquil convocando a las mismas naves, atracando a las 10:34 horas al muelle del Arsenal de Marina.
La acción heroica del «Calderón» al enfrentarse a la nave líder de la Escuadra Naval peruana, «Almirante Villar», que sufrió un vergonzoso revés, y del cual fueron testigos presenciales las tripulaciones del resto de buques peruanos: BAP «Rodríguez», BAP «Almirante Grau» y BAP «Bolognesi».
Escuadra que posiblemente intentaba ejecutar una maniobra de bloqueo del golfo de Guayaquil, pero que se vieron obligados a desistir por la respuesta firme del «Calderón».
El bloqueo al Golfo de Guayaquil, tenía antecedentes de confrontaciones anteriores, ya que sin duda afectaba directamente al frente económico del Ecuador, eliminando la fuente principal de entrada de divisas, o sea, nuestras exportaciones, lo cual representaba serias repercusiones en las disponibilidades económicas para los grandes gastos que demandaría una guerra prolongada.
Pero, las figuras de Rafael Morán Valverde y Víctor Naranjo Fiallo, refundidas en un solo símbolo, encarnaron en el corazón del pueblo ecuatoriano el heroísmo y la capacidad guerrera de nuestra estirpe gloriosa, razón por la cual, el Gobierno ecuatoriano, sensible ante la actuación heroica de la Tripulación del cañonero «Calderón», aquel 25 de julio de 1941, emitió el Decreto Ejecutivo No. 1389, del 20-JUL-1949, expedido por el señor Galo PLAZA, Presidente Constitucional de la República, concediéndoles la Condecoración «Abdón Calderón» de Primera y Tercera Clase.
Con información del libro Vibraciones del Tiempo y El Telégrafo